Los Poemas de la Nana

El niño recibió la carta de las manos de su madre moribunda y escuchó las últimas palabras que ella le dirigía, !hijo¡ irás a la di rección escrita en este sobre y solo la entregarás a él, cuando ya no esté contigo viajarás a esa dirección, Hijo mío, mi pequeño, solo tienes nueve añitos y te dejo, pero nuestro señor quiere que sea así y me llama a su lado...y con él me iré pero siempre aunque no me veas estaré junto a ti cuidándote, una persona de mi entera confianza se encargará de todo, ahora mi niño prepara tu mochila,¡toma, coge el sobre y vete! la persona indicada cogió al niño de la mano y se fue con el, la despedida de la madre e hijo fue muy dolorosa, el niño partió de la mano del señor que lo llevaría a una ciudad cercana, encontraron la dirección y al tocar la puerta de la casa, apareció un hombre, miró al niño y sonriendo le dijo:¡Si! dime jovencito, ¿en qué te puedo  servir? el encargado le preguntó el nombre al hombre de la puerta y era el mismo nombre escrito en el sobre

En el silencio de la noche, los gritos de la mujer llamando a quien tanto amaba, solo hicieron eco en su corazón, aquel amor tan grande, no tuvo respuesta. La dejaron allí tirada en el suelo como muerta, allá se sentía ella vacía y nada importaba, porque a él ya no lo tenía, quizo morir porqué vivir en medio de su gran dolor. Pensó: ¿vale la pena no más querer vivir, por alguien indigno que su amor no merecía? De rodillas imploro...!Señor, ayúdame a sacar de mi este mal querer que no debo sentir¡ Quiero salir de esta oscuridad y veré  un nuevo amanecer. Quizás algún día encuentre el verdadero y buen querer y este mal amor quedará para siempre en el olvido y sanará mi corazón herido y vendrá la paz, el descanso y un nuevo amanecer, será como volver a nacer.

Aquel día lo recuerdo bien, caminaba sin ruido, aquel hombre era mi mundo... pensé lo mucho que lo amaba, las veces que vino a mi cuando con mi pensamiento yo lo llamaba. ¿no lo crees? pero si eso pasa cuando existe tanto amor. El amor, que va más allá del dolor. Cuando siente tu alma llamas de gritos silenciosos, de tu hombre amado, de tu mujer amada. Mi corazón dice ya no llores, ya no sufras, el no quiere que llores, no quiere que sufras. Quiérelo con alegría, no con tristeza, recuerda los días que pasaron juntos, muy juntos y se amaron y fueron un solo cuerpo, un solo sentir, por eso deja ya de sufrir. Él te ama tanto como tu a él, por eso solo recuerda los días felices y deja ya de llorar, de sufrir.

Yo le digo a mi corazón que se olvide de ti, pero no quiere, no quiere. el me dice que pese a no vete. a no tenerte, no deja de quererte. pobrecito y tonto corazón. Si ya la vida lo alejó de mí, él siente que se muere, sus latidos son cada vez más débiles, no tiene fuerzas desde que no está a tu lado. Ya no siente deseos de vivir, pide y dice: Diocito, quiero descansar, llévame, sin él, no quiero existir. Yo, ya no puedo ir tras tus pasos, ya no puedo tenerte, ya no más en mis amorosos brazos. Dime ¿tú , sí puedes vivir sin mí? Quiere terminar, quiere moriri, quiere dejar de palpitar porque en cada latido grita, grita tu nombre: ven, ven a mí porque moriré sin ti. (Ven, ven mamá, ven, me salió recontra bueno el poema. Mi profe me va a felicitar y me va a poner una nota grande y dirá: aquí tenemos una poeta recién nacida. Mamita, qué linda es la vida).

Las sombras retornaron,  más agresivas , como  nunca, lo habían sido, y yo ya no tengo fueras para luchar contra ellas, creo que ya no quiero hacerlo, me lastiman, me lastiman. Quiero volver a recordar mis días felices, pero el dolor no me deja gozar de aquellos momentos; quiero, quiero dormir y no despertar , pero Dios me dio la vida y solo él puede disponer de ella.  Yo le digo a las sombras déjenme vivir, déjenme vivir, pero ellas se ríen y me atacan más y más y el payaso se pone la mascarada y sigue adelante; pobre , pobrecito , payaso solito se derrumba, llora y llora , pero nadie lo ve. Entonces se alza, levanta la cabeza y sigue adelante, pero por dentro llora y llora y su alma y su pobre corazó  llora tanto con lágrimas de sangre, pobrecito payaso ¿verdad?