Los Poemas de la Nana

Hace algunos años entre las pertenencias que habían sido de mi madre , encontré un rosario , era negro y tenía una hermosa cruz , lo cogí y lo puse entre mis cosas , y me olvidé de él . Un día buscando en los cajones de mi cómoda , lo vi pero no estaba completo , estaba en pedazos , y quedaba muy poco de él , la cruz no estaba , lo lamenté porque había sido de mi madre y todo quedó así,  Tiempo después caminaba distraída por la calle, se me acercó una anciana , vestida con una túnica blanca o crema , no sé , todo fue muy rápido , no dijo nada , solo cogió mis manos y puso un rosario en ellas, esto me hizo pensar por qué me lo dio , lo guardé en mi cómoda y allí quedó. Una noche caminando por mi cuarto , casi lo piso , estaba en el suelo , lo recogí y lo puse nuevamente en el cajón; un día que voy a mi baño ¡Dios mío! se me escarapela el cuerpo de solo recordarlo que lo vi en la taza del baño , lo cogí y lo puse nuevamente en el cajón. Un día lo fui a buscar para verlo y ya no est

Los juguetes conversaban entre ellos, uno de ellos vestido de payaso  se acercó a la vieja muñeca,  el payaso le habló: oye tú, hazme caso, te estoy hablando. La vieja muñeca levantó su horrible cabeza y lo miró, el payaso una vez más insistió:  dime: ¿qué han hecho contigo? La muñeca vieja le respondió: fue un niño malvado; Poco a poco me destrozó, y a él por hacerte tanto daño ¿nadie lo castigó? la vieja muñeca le respondió: es cierto que el malvado sin pensar en mi dolor me hizo pedazos, pero no quiero, no quiero que lo castiguen. El payaso le dijo: sí, lo castigarán. El dios de los juguetes lo hará.  No, no dijo la vieja muñeca, a pesar de todo le tengo mucho mucho amor. Seguiré soportando el dolor. El payaso le contestó, dando saltos al rededor de la vieja muñeca. Que castiguen al malvado Que  castiguen al perverso Que así te destrozó. La vieja muñeca se secó el llanto que corría por su destrozada cara, él tenía razón. Yo ya