La mujer del retrato
Me mira con burla. En sus ojos parece decirme: Sí, así eras tú, pero mírate ahora, no te pareces en nada a mí. Si hasta ahora te preguntan ¿Quién es la mujer del retrato? Y tú respondes: “Aunque no lo creas, soy yo”. Te miran, mueven la cabeza como diciendo. “¡Dios, cómo has cambiado!” El dolor te retuerce el corazón. No, no porque estás vieja, sino porque se te fueron los años sin vivir. Se te fueron cuidando a tus hijos que fueron los únicos que llenaron tu corazón, tu alma y tus brazos de amor. Pero te dijiste que debe existir algo más y tú no buscaste. Pero llegó a tu vida “ese algo más”. Supiste lo que era amar como mujer. Con eso se cerró el círculo de tu vida y pensaste: “Ahora ya puedo partir al viaje sin retorno”. Mujer del retrato, saca de tu cara esa sonrisa de burla, que gracias a mi vida recta, derecha, tienes esa mirada limpia y serena ¿ya sabes mujer? Miro hacia el pasado y estoy conforme con lo que viví. Aquí, cerca del corazón hay un huequito pequeñito en donde guardo